domingo, 15 de julio de 2012

You.

Y después, pienso en lo que me has hecho. Cuando empezaba a derrumbarme, llamas a mi puerta. Ahí todos mis sentimientos se contradijeron: Quería que vinieras, pero no quería volver a parecer cobarde. Quería retenerte y que nunca te fueras, pero creía que no era lo correcto. Al final decidí abrirte, y bueno, darte una oportunidad, o mejor dicho, dárnosla a nosotros mismos.
– Mañana tengo clase de guitarra.
Coges la puta guitarra, y te vas. Coges mi corazón, y lo aplastas, pisas, taladras y quemas. Coges mi auto control y lo tiras por el barranco. Coges mis esperanzas y haces que desaparezcan.
Sin saber qué hacer, lloro y lloro. Porque no tengo otra cosa qué hacer, no sé que más hacer. Me siento mal, hundida, ¿traicionada? Me siento que soy una puta egoísta que solo piensa en sí misma. que sólo quiere lo mejor para sí y no guarda nada para los demás. Una tía que le pone buena cara a todo el mundo y se desahoga con la persona que más ama.
Sí, soy la culpable. La culpable de todo. Y ahora... sinceramente no sé que hacer. No sé como actuar. No sé que debo hacer. Quiero que llegue ya otro día, pensar en lo sucedido.
Sólo sé... Que no quiero que se acabe, no voy a dejar que lo nuestro se acabe. Nos lo prohibo, a los dos. Es una racha extraña, a la que no le vi el principio, y no sé cuando habrá final.

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